Soy humano

Sin poder tocarnos por la pandemia del coronavirus, sin poder vernos más que a través de las pantallas o desde las ventanas y balcones, estamos formando una inmensa comunidad. Nos sentimos, más que nunca, parte de la gran familia humana. De repente se están desdibujando las fronteras. Al principio pensábamos que este era un problema chino, que no iba con nosotros… Luego llegó el turno de Irán, Italia, España… Al grito de ¡Quédate en casa!, todos somos llamados a la fidelidad y la solidaridad. Este virus no conoce de ideologías, clases sociales, sistemas económicos o religiones. O todos lo vencemos,… Seguir leyendo…

Un mundo mejor

Ahora mismo acabo de ver una película con mis hijos, por despejarnos un poco tras el primer día de confinamiento domiciliario por la pandemia de coronavirus. Al terminar de verla me ha parecido que volvía de la realidad a la película que estamos viviendo, una película para la que nunca nos prepararon y en la que nos vemos, de repente, como protagonistas principales. Es verdad que nuestros tatarabuelos y sus ancestros se enfrentaron a plagas terribles, la gripe de 2018, el cólera de los asedios, la peste… Pero nosotros solo lo conocíamos por la Historia. Hoy estamos haciendo historia. Y… Seguir leyendo…

Conocernos, respetarnos, amarnos

Hoy hemos tenido una mesa de diálogo cristiano-musulmán. Es la novena que organizo desde que, el 11 de marzo de 2004, tuvieron lugar los atentados de Madrid. Como parte del currículo de Religión Católica de 4º de ESO estudiamos el judaísmo y el islam. Y para mí siempre ha sido muy importante el darle rostro al islam, dado que nuestra sociedad está compuesta por vecinos que comparten esta fe. Por ello doy gracias a Moussa Fall, amigo de hace muchos años, Saida Taleb y Khadiatou Ba por acceder a particiar en esta mesa, que no es tan sencilla, dado que… Seguir leyendo…

Ana Martínez de Luco

Ana Martínez de Luco es una religiosa española, oriunda de un pueblecito junto a Vitoria, que decidió hace unos años vivir en solidaridad con la gente de la calle de Nueva York. Cuando llegó allí ya había vivido experiencias similares en Filipinas. No se quedó en alimentarse en comedores sociales o dormir donde se pudiera: organizó junto a otro “sin techo” una cooperativa para que los que no tenían nada pudieran ganarse la vida recogiendo latas y botellas. La ley del Estado de Nueva York obliga a los supermercados a cobrar 5 centavos extra por el envase, y a devolverlos cuando… Seguir leyendo…