Que Israel sea excluido de Eurovisión

Nunca he entendido la hipocresía de los dobles raseros. La practican personas de todas las ideologías políticas, todos los países. Consiste en acusar sin piedad a mi enemigo o a quien me cae mal y, sin embargo, mirar para otro lado cuando el que está cometiendo esa atrocidad es mi amigo o mi aliado.

Se excluyó a Rusia de Eurovisión por su injusta invasión de Ucrania y la guerra que sigue asolando aquel país hasta nuestros días. También se le excluyó de competiciones deportivas internacionales. Pero, ¿qué pasa con Israel, un país que ha demostrado ser capaz de cometer el peor genocidio del siglo XXI, además de llevar oprimiendo al pueblo palestino desde 1948?

El arte no puede ser un mero entretenimiento, un pasatiempo insulso que olvida la realidad que vivimos. Tampoco el deporte. Pero hemos visto el blanqueo que ambas actividades pueden hacer de regímenes que no respetan los Derechos Humanos.

Que Israel sea excluido de Eurovisión. No es gran cosa. No mejora la situación de las víctimas de Gaza. No acaba la guerra. No soluciona el problema de los rehenes de Hamás. Pero, al menos, nos hace un poco menos indecentes a los europeos, que llevamos año y medio (¿o debería decir 80 años?) puestos de perfil, sin hacer nada realmente operativo para acabar de una vez por todas este conflicto con la declaración unánime de dos estados con plenos derechos y la devolución de las tierras ocupadas.

FIRMA CONTRA LA PARTICIPACIÓN DE ISRAEL:
Avaaz – Los crímenes de guerra de Israel no merecen un escenario