En su reciente viaje a la República Centroafricana, el Papa Francisco oyó que tres personas habían sido asesinadas muy cerca de donde se encontraba. Se volvió hacia el Nuncio y le pregunto: “¿Puedo ir, puedo ir?” El Nuncio le replicó: “No, Santidad, es muy peligroso”.
Imaginemos la historia de la Encarnación a la luz de esta anécdota. Ante un mundo violento, dividido e injusto, Jesús pregunta al Padre: “¿Puedo ir?” Ante la respuesta del Padre, advirtiendo del peligro, Jesús responde: “Entonces iré”.
Celebramos la Navidad con muy buenos deseos, pero esta fiesta es algo muy serio. Encarnarse en la historia humana es un asunto peligroso. Lo era hace dos mil años y lo sigue siendo hoy. Que en este 2016, año de la Misericordia, dejemos huella de amor donde andemos encarnados.
Hola Juan. Feliz Navidad y un nuevo año lleno de bendiciones y muchas misericordia hacia nosotros mismos y hacia los demás, con un corazón como el de mi amado Jesús. Que las bendiciones sean nuestro primer deseo este nuevo año 2016. La misericordia sea nuestra buena aliada siempre. Amén.