Lo más importante para el desarrollo de un niño o una niña es que se sienta amado por los demás y por sí mismo. Y un camino importante para lo segundo es el de la interioridad. Para desarrollarla utilizo en Tutoría dos técnicas complementarias: la meditación y la escritura de un diario personal. Me han conmovido las reflexiones de mis chavales de sexto de primaria y comparto aquí la redacción de Marcos y el dibujo de Noel.
“Juan nos ha dicho que íbamos a hacer una relajación y hemos salido en silencio de clase. Al llegar nos hemos quitado el calzado y hemos entrado a la capilla. Hemos hecho tres filas y nos hemos tumbado. A mí me ha tocado en la fila del medio.
Hemos empezado cerrando los ojos para salir del estrés. Era un poco difícil porque los mayores del patio gritaban mucho y no te podías concentrar. Tras relajarnos y calmarnos, Juan nos ha dicho que respirásemos y sintiéramos las partes de nuestro cuerpo, empezando del pie derecho a la cabeza. ¡Qué chulo! Juan nos ha dicho que lo podemos practicar en casa y que se llama Mindfulness.
Luego nos teníamos que imaginar la pantalla de un móvil y las cosas molestas eran las aplicaciones y tú las tenías que desinstalar y así sólo te quedaba el fondo de pantalla azul y no te distraías. También nos hemos imaginado que estábamos en un bosque y había un gran árbol que era diferente y nos teníamos que imaginar que abrazábamos ese árbol como un ser vivo con el formamos parte de la creación y con el que estamos íntimamente unidos.
No me ha gustado que no nos pudiéramos mover porque no me gusta estar quieto y el suelo estaba un poco fresquito, pero por lo general me lo he pasado genial.
Todo esto no lo podría haber hecho si no fuera por las inspiraciones y espiraciones que hemos hecho al principio que tenías que decir “Estoy aquí” (cuando inspirabas) y “Estoy bien” (cuando espirabas).
Al acabar lentamente nos hemos levantado y hemos salido fuera a por nuestro calzado y hemos vuelto ordenadamente a clase”.