Llevamos ya varios meses de guerra, esta guerra que nadie podía imaginar que afectaría a millones de personas hace tan solo unos meses, cuando brindábamos por el nuevo año.
Pero aquí estamos, en medio de una situación de enorme sufrimiento que ha llegado a las mismas puertas de mi colegio, Cristo Rey Escolapios de Zaragoza, pues acoge a más de cuarenta persona y algunos chicos y chicas han comenzado a formar parte de nuestro alumnado.
El fragor de las noticias, sobre todo en España, donde estamos claramente del lado de los ucranianos, no nos puede hacer olvidar que también hay un enorme sufrimiento y represión en Rusia contra todos los que se oponen a esta injusta e injustificada guerra. El ruido mediático, además, deja ocultos muchos otros conflictos olvidados.
Oremos. La paz no se consigue solo mejorando y aumentando el armamento, un mundo muy oscuro de enormes intereses económicos.