El final del campamento ha estado marcado por una gran hoguera alrededor de la cual hemos danzado hasta pasada la medianoche…
¡Qué hermosura la del fuego compartido, esa sensación de hermandad y de comunión con todas las generaciones de seres humanos que han contado sus historias y han celebrado la Vida alrededor del fuego!
Nosotros, en España, tenemos prohibida esta fiesta, dado que no se pueden encender fuegos en el exterior por miedo a los incendios forestales. Muchas veces me lamento de lo que nos estamos perdiendo por culpa de quienes, con sus descuidos, han arrasado tantas hectáreas de bosque. Que yo sepa, ninguno ha sido provocado nunca por un grupo de acampados. ¿No podrían dar permiso a los directores de campamentos para hacer fuego siguiendo unas estrictas normas de control? Vaya aquí el origen de mi campaña… ¡A ver quien se anima a colocarla en Avaaz o en Hazte Oír!