Camino del noroeste
No he dormido del todo bien, a pesar del cansancio. Nos acostamos a la una y media y a las seis ya estaban todos los gallos de esta colina compitiendo por quien es más alborotador. La habitación me parece espartana; me he ido olvidando del ambiente de los seminarios, aquí todavía más desnudos y austeros a pesar de estar por encima de la calidad de vida de muchas familias. A las siete estaba en la misa de la comunidad con los seminaristas escolapios, niños y mujeres del barrio. Liturgia en francés, con algún canto y mucho ritmo. Al salir comenzaba… Seguir leyendo…