
Cojo tu mano, tato, cuando te estás yendo…
La misma mano que cogí cuando eras un bebé empezando a caminar y yo tenía un añico más que tú. La misma que uníamos para ir al colegio de las monjas de Sariñena cruzando la calle, luego a las escuelas nacionales, y más tarde, siempre juntos, siempre a la vez, al colegio de los Escolapios.
Manos con las que aprendimos el paloteado del dance Sariñena, con las que tocamos las castañuelas en la jota, con las que llevábamos el compás en las clases de solfeo de Maricruz, con las que empezamos a aprender la guitarra con José Roberto… Siempre la música y el canto en nuestras vidas…
Manos para servir en el bar de casa, en el restaurante, en la terraza de nuestro pequeño hotel familiar. Manos para hacer envases, para servir banquetes, para hacer cafés, para aprender todo aquello que se convirtió en tu vocación, en tu vida: la hostelería.
Manos para recoger patatas de los campos cuando papá se puso a ser agricultor a ratos. Manos para tirar del ramal de la mula de José. Manos para levantar ladrillos en las reformas del hotel.
Manos para aprender a nadar con Curro Soria en las nuevas piscinas de Sariñena. Manos para empuñar la caña de pescar en todos los mares del mundo con tus locos amigos aventureros. Manos para agarrar firmemente el timón de tu barca con la que has hecho tan feliz a la familia en el mar.
Manos para despedirnos tantas veces cuando la vida me llevó luego a Peralta de la Sal, a Zaragoza, a Salamanca, a Nueva York, a Camerún, a Madrid… Manos para escribirnos en la distancia. Manos para abrazarnos en cada regreso, en cada bienvenida.
Manos para bendecir y alabar al Señor en nuestra primera comunión, en tantas misas del pueblo cantando en el coro con Don José María, en las misas del colegio, en los grupos de oración, en las eucaristías familiares, en el festival Esperanzarte… Manos para bendecirme y para bendecirte en mi ordenación sacerdotal, manos mías que besaste aquel 15 de agosto de 1986.
Manos con las que has alimentado en tantos encuentros y comidas familiares a todos los que queremos mientras a mí me tocaba más bien bendecir la mesa. «De todo hay más…» Manos con las que preparaste mi boda con Susana un 25 de abril de 1998 en aquel maravilloso Restaurante Club Náutico que tú inventaste.
Manos con las que, al alimón, hemos ido acompañando al resto de nuestros tatos, Luisa Mari, Manolo, Miguel, Kike y Javi, a quienes hemos ayudado a dar sus primeros pasos, cada uno con sus dones, con su vocación, con su forma de ser tan diferente. Manos con las que has ayudado a algunos de ellos en sus empresas y opciones. Manos con las que tirar siempre juntos en el tiro de soga de la vida, tan unidos en esta familia donde nos enseñaron desde niños a ser una piña indestructible, asombro de un mundo que tiende a la dispersión y la separación.
Manos con las que has caminado con Ana. Manos con las que has acompañado a Lorenzo cuando llegó a tu vida. Manos con las que levantaste a mis hijos, recién nacidos, y a tantos sobrinos que te adoran. Pero, también, manos con las que hemos cargado con los féretros de la abuelita María Luisa, la abuela Josefa, mamá, papá…
Hoy soy yo quien tiene tu mano entre mis manos. Te vas yendo. Y levanto las mías para rogar al Señor que coja las tuyas para que des estos últimos pasos, te abra las puertas de la eternidad y seas acogido por tantos seres queridos que nos han precedido.
Cógelo de la mano, Madre nuestra del Pilar, no lo dejes. Y ayúdame a soltar la suya confiadamente…

Un abrazo enorme a toda la família
Te acompaño en tu dolor Juan y te ofrezco nuestra oración, confiando en que ya está en los brazos del Padre y bajo el manto de nuestra madre del Pilar.
Precioso homenaje a tu hermano. ME ha emocionado Juan. Seguro que lo estará leyendo desde el cielo y ya os tiene en sus oraciones cara a cara con el Padre. Muchísimo ánimo y fortaleza en el momento que llega de hacerse a la idea de la ausencia y a agarrarse a la Fe. Abrazo inmenso.
Nunca os soltaréis. Esas manos seguirán juntas por siempre.
Un abrazo
Gracias. Fue mi jefe cuando se fundo chefexpres. Fui una de las recepcionistas que atendían el teléfono. Hija del entonces secretario de la asociación de cafeterías de zaragoza. Cuanto lo he querido durante tantos años. Vecinos de barrio siempre saludandonos con un beso y un abrazo. Que gran ser humano. Un abrazo de todo corazón para todos vosotros. Siempre en mi corazón mi querido Pepe.
Gracias Juan Estoy con todos vosotros en el corazón Y mis manos también se alzan en oración y agradecimiento por la vida de Pepe
Abrazo grande
Amén
Querido Juan, qué difícil resulta no emocionarse, al leer las bonitas palabras que le has dedicado a tu querido hermano José Luis, no me cabe duda, que él también se habrá emocionado.
Aunque las palabras no pueden llenar el vacío que deja su partida, su luz seguirá brillando en todos los corazones de los que le hemos conocido.
Su risa, su bondad y todos los momentos que habéis compartido, serán un tesoro imborrable.
Que Dios lo tenga en la gloria.
Tanto de Marisa como mío, recibir un fuerte abrazo para toda la familia.
D.E.P.
Manos para dar su apoyo a tantos que trabajamos con el
,manos para darnos su apoyo cuando lo necesitamos ,nuestro hermano,nuestro amigo , el tío Pepe para mis hijos!!!! Lo sentimos muchísimo
A José Luis lo h admirado desde que lo conocí. Un gran servidor d esta sociedad a la que pertenecemos. Un gran ideólogo para desarrollar sus muy acertados proyectos para llevar a cabo con mucho esfuerzo las soluciones necesarias para mantener vivo un Sector tan necesario en España como es la hostelería durante la pandemia y después, mientras ha llevado el timón de la Federación o asociación nacional.
Me ha gustado mucho el artículo que has escrito añorando ese juntar las manos emprendedoras, fraternales y cumplidoras del quehacer continuo. Contad, tanto su familia como todo el grupo familiar, con mis manos para unirlas a las tuyas, Juan.
Me enorgullece personalmente que compartamos la inicial del apellido y ese origen ancestral en nuestra tierra pirenaica,
Un abrazo muy sincero a todo el grupo familiar a los que tanto aprecio.
José Yzuel
Que recuerdos tan emocionantes.
Y en pocas palabras la historia de toda una vida.
Amén.
Que su alma encuentre la luz eterna.D.E.P.
Siento el fallecimiento de tu querido hermano José Luis al que estabas tan unido. Mi pensamiento y mis oraciones os acompañan en estos momentos de dolor para vuestra familia.
Un abrazo enorme
Emocionante y enternecedor. Juan un abrazo a toda la familia.
ERA MUY SIMPATICO CARIÑOSO Y TRABAJADOR. LO QUERIA COMO OS QUIERO A TODOS. MANOLO, MIGUEL , MARISA Y JAVIER. DESDE EL CIELO SEGUIRA QUERIÉNDONOS.
Que bonito, ahora está en un sitio mejor y muy bien acompañado. Un beso para todos
Precioso recuerdo, digno de unos buenos hermanos.
Querido Juan, gracias por compartir estas palabras llenas de intimidad y que rezuman amor a raudales. Quiero pensar que dejaste ir a tu hermano confiadamente. Para mí eres un referente; a Pepe no tuve la fortuna de conocerlo. Me uno a vuestro dolor.
Amen, gracias por compartir esta pequeña ventana a una vida tan maravillosa. Un abrazo a todos.
Qué conmovedoras palabras que solo puede escribir, un buen hermano mayor. Los que hemos tenido la dicha de compartir intensos años con José Luis, sabemos que con él solo podían ser intensos. Y personalmente he tenido la suerte de encontrar a una de esas pocas personas en la vida con la que te puedes entender solo con la mirada. Eternamente.
Que su alma encuentre La Paz heterna D .E.P.
Lo siento mucho, amigo Juan. Un abrazo fuerte.