Hoy hace cuatro años, un 25 de enero de 2013, murió Luis Anoro, jesuita y cura obrero, el tío Luisito para nuestra familia.
Quienes lo conocisteis bien sabéis que era indefinible; para quienes no lo conocisteis, era inexplicable más allá de unos brochazos de luz: una grandísima persona, un corazón fraterno y lleno de ternura que abarcaba el mundo entero, un cristiano coherente hasta la médula, un jesuita humilde que buscaba la Verdad en el amor, un hombre que hizo de su opción por el mundo obrero toda una espiritualidad evangélica. Así lo conocí yo en mi juventud. Su testimonio fue un acicate para mi propia llamada a vivir el Evangelio.
Nació en Sabiñánigo, el pueblo de su madre, el 4 de julio de 1934. Fue el mayor de cinco hermanos. Su padre, de Sariñena, venía de un hotel familiar y fue primero fabricante de harinas y luego gerente de la compañía de autobuses Altoaragonesa de Huesca.
Luis estudió en el colegio San Viator de Huesca y, al terminar, hizo un par de años de Ingeniería en el ICAI de Madrid. De allí pasó a ingresar en la Compañía de Jesús, en el noviciado del Monasterio de Veruela, el 14 de septiembre de 1956. Luego estudió Filosofía en Loyola, Magisterio en el Colegio del Salvador de Zaragoza y Teología en San Cugat, Oña y Deusto. Fue ordenado sacerdote en Veruela el 18 de julio de 1967.
Al terminar los estudios se dedicó de lleno al apostolado social. Primero, unos meses, en el equipo de Misión Obrera de Valencia y luego, a partir de 1968, en la comunidad del barrio del Picarral, Zaragoza, donde permaneció casi toda su vida. Pero, dejemos que nos lo cuente él con el testimonio que dejó en el número 17 de los cuadernillos Cristianismo y Justicia:
“Año l968. Unos pocos años antes algunos compañeros jesuitas habían comenzado a vivir, en diversos lugares, como obreros. Por lo general en equipo.
Casi al mismo tiempo que en otras ciudades, comenzamos en Zaragoza (Aragón) un equipo nuevo. Es una ciudad de medio millón de habitantes, en crecimiento industrial, nudo de comunicaciones de las principales ciudades del cuadrante nordeste de España.
Se elige un barrio netamente obrero (Picarral), 15.000 habitantes, y pretendemos llevar adelante un proyecto complejo: integrar la inserción y presencia en el mundo y en el movimiento obrero con la tarea parroquial desde la única Parroquia del barrio. Dos miembros del equipo se dedican a esta segunda tarea y tres a la primera (yo soy uno de éstos). Una reflexión constante en equipo es el instrumento para llevar adelante este proyecto.
Mi trayectoria como cura obrero comienza ese mismo año, 1968, trabajando como peón metalúrgico en una fábrica del barrio, de unos l50 obreros. Tras organizar el comité de empresa y plantear algunas luchas soy expulsado 4 años después; algunos meses de paro me sirven para hacer un curso de tornero y encontrar trabajo en un taller pequeño, de donde me echan por la información policial; trabajo en otro taller de pintura, que me despide “sin explicaciones” y paso a trabajar en el Mercado de abastecimiento de Zaragoza. En 1976 puedo mejorar la situación laboral al encargarme de un almacén de electrodomésticos de una firma importante de la ciudad, donde voy a permanecer 7 años, con un aislamiento creciente, y enfrentamiento después, con el patrón por actividades sindicales en el sector del Comercio; trabajo 2 años como repartidor de pan en un horno pequeño, hasta que por dificultades en la viabilidad del negocio he pasado al paro hace 6 meses.
Tengo que advertir que mi participación en la lucha obrera ha sido, de ordinario a nivel de la empresa en que trabajaba, excepto durante unos pocos años de mayor participación a nivel sindical y siempre compaginando esta tarea con la Asociación de Vecinos del barrio que ha sido mi lugar preferido y prioritario de actividad”.
Inquieto por la justicia social, su lucha obrera la desarrolló en la fábrica y en el sindicato Comisiones Obreras.
Esta presencia la compaginó con la parroquia y con compañeros como los también jesuitas Carmelo Martínez, Juan Acha, Eugenio Arraiza, Manuel Fortuny… La suya fue la primera comunidad de Misión Obrera de los jesuitas en recibir al General de la Orden, el Padre Arrupe, en la primavera de 1970. Luis Anoro fue el redactor del guión de los temas a tratar en el encuentro con el superior general, incluida la contestada visita de Arrupe a Franco. Se puede ver aquí el original del guión base que redactó. Luis fue coordinador de los equipos de la Misión Obrera Jesuita de España, participando en numerosos encuentros nacionales y europeos, y superior de la comunidad de Picarral-La Jota de 1980 a 1987.
Además fue el alma de la Asociación de Cabezas de Familia del Picarral (luego Asociación de Vecinos de ese barrio), desde donde llevó a cabo una enorme labor social y reivindicativa en multitud de proyectos de mejora. Por todo ello, la junta de distrito del Arrabal le rindió un homenaje en 2010 y le entregó un premio a los valores humanos y a una vida dedicada al barrio (algunas imágenes de esa ceremonia se pueden ver en la galería de fotos que he incluido al pie de este artículo).
En 1990 tomó una importante decisión. Su madre, Consuelo, estaba enferma de Alzheimer y el resto de la familia no podía dedicarse enteramente a su cuidado. Así que dejó todo y se fue durante cuatro años a Huesca donde la cuidó con enorme cariño hasta su muerte. En el último año fundó allí la Asociación de Enfermos de Alzheimer que fue luego reconocida con la Pajarita de Oro de Huesca y el Premio Altoaragoneses del Año 2009. Aquellos años de ermitaño, dedicados a la oración y al estudio mientras acompañaba a su madre, cada día más silenciosa, le hicieron más contemplativo.
Vuelto al Picarral en 1994, continuó en el trabajo manual hasta que se jubiló, prosiguiendo su participación como voluntario en la Fundación Picarral y en numerosas asociaciones como la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer. Con su larga experiencia de cuidador, acompaña a muchas familias en esta difícil situación. Por otro lado, participó sin descanso en muchas organizaciones solidarias con países del Sur como Acción Solidaria Aragonesa y los Comités Óscar Romero.
En 1998 marcha por un año a Colombia, donde estuvo acompañando a los desplazados por la guerra con las comunidades de paz del Atrato, sometidas a la violencia interesada de los agentes armados.
A su vuelta, compartí con él la urgencia por el diálogo intercultural e interreligioso en nuestra sociedad, que estaba acogiendo a muchos inmigrantes. En 2006, junto con la hermana Raquel Noaín, salesiana del barrio del Actur, montamos un pequeño grupo de reflexión en el Centró Maín en el que participaron algunas personas. Nuestros objetivos eran: profundizar en el conocimiento de las diversas confesiones religiosas de nuestro entorno; trabajar por la paz mediante el entendimiento y cooperación entre personas y grupos religiosos diversos; fomentar una cultura del diálogo entre las diversas religiones; desarrollar proyectos interreligiosos compartidos de acción transformadora de la realidad; promover la oración y otras expresiones de fe interreligiosas. Luis tenía unas enormes ganas de trabajar en esta línea, pero, a partir de ese año, un problema neurológico fue minando su autonomía paulatinamente. Se resiste a abandonar el Picarral pero, tras varias caídas en la calle, pasa a ser cuidado en la Enfermería de la Comunidad del Salvador, donde falleció el 25 de enero de 2013.
En la homilía de su funeral, Álvaro Alemany, compañero de comunidad durante muchos años, hizo un retrato suyo con estas tres ideas:
Luis, primero de todo, fue un hombre que buscó lo más esencial: Jesús de Nazaret. Dejó de lado todo lo que en la Iglesia es perifollo innecesario y, muchas veces, escandaloso. Combinó una vida de mucha acción militante con una profunda vida de oración y estudio. Hasta los últimos días de su vida estuvo leyendo gruesos tomos de Teología, sobre todo los que le llevaban a conocer mejor a Jesús. (Como anécdota ha contado que dejaba los libros completamente subrayados, enfatizando mucho lo que le llamaba la atención y las preguntas que le suscitaba.
Segundo, vivió con una gran actividad, siempre sin cansarse. Pero en esa actividad buscó siempre el encuentro humano. No era raro toparse con él en cualquier esquina del barrio viniendo de visitar a alguien que le necesitaba.
Finalmente, vivió profundamente su amor a su propia familia, a su barrio y toda la gente con la que compartió su trabajo cercano y militante: Acción Solidaria Aragonesa, Comités Óscar Romero, Comisiones Obreras, Asociación de familias de enfermos de Alzheimer, Asociación de vecinos del Picarral, parroquia de Belén. Comunidad Cristiana Popular de Torrero, Curas Obreros,…
Son muchos los testimonios que se pueden encontrar de personas que le quisieron. Me quedo con estos pocos. Para empezar, el que aparecen en el blog “Plenas” de Ignacio Navarro, compañero de Luis como obrero metalúrgico:
“Todavía recuerdo a Luis Anoro a principios de los años 70, al pie de un torno de hierro en la empresa donde prestábamos nuestros servicios, llamada Construcciones Agrometálicas Levante, más conocida por el nombre de CALSA y en la que se fabricaban palas cargadoras. Luis era cura-obrero y se decía que era abogado. De vez en cuando, cuando había que negociar convenios y reivindicar alguna mejora le “cantaba las cuarenta” al empresario que dirigía la empresa. Los dos tenían cierto parecido, uno defendía a los obreros y el otro, otros intereses, claro, totalmente opuestos. Luis fue despedido allá por 1972 ya que era considerado un “peligro” para la dirección de la empresa. Así eran las cosas, como ahora, pero creo que estaban mejor, ya que por lo menos había espíritu de lucha y solidaridad.
En el mismo año de ser despedido, la empresa celebró el 25 aniversario de su fundación y fueron invitados todos los empleados con sus respectivas familias. Fue un día grande, la empresa “tiró la casa por la ventana” y no faltó de nada: partido de fútbol, misa, comida y baile en un afamado restaurante zaragozano… La misa tuvo su puntillo ya que, cuando estaba el sacerdote ensalzando y elogiando a la empresa, apareció un grupo de curas-obreros, desplazaron con un empujón al religioso del púlpito y leyeron una homilía a favor de Luis Anoro, represaliado por la dirección de la empresa. La cosa “se puso al rojo”, los más aduladores y lameculos de la empresa persiguieron a los curas-obreros para darles caza y se “armó la de Dios”. Al día siguiente, salió una pequeñísima noticia en la prensa informando de lo sucedido. Qué cosas.
En 1976 salió la llamada “amnistía sindical”, la cual, obligaba a las empresas a readmitir a trabajadores que por motivos sindicales habían sido despedidos de sus plantillas. Se habló con Luis por si le interesaba volver a trabajar y dijo que no, que su futuro se lo había planteado de otra manera. Ni corto ni perezoso, el Jurado de Empresa, que así se llamaban a los Comités actuales, se reunió con el empresario y a sabiendas de que a Luis no le interesaba volver a trabajar, le propusieron, citando la ley, la readmisión del jesuita despedido. El empresario cogió un rebote de la hostia, la cara se le desencajó y las venas de la cara enrojecieron rápidamente espetando a gritos: “Este no entra aquí si no es por encima de mi cadáver”. Se llegó a pensar que le “daba algo” y muy gordo. Al final, por parte de los representantes de los trabajadores, todo fueron risas y cachondeo ya que se sabía de antemano que Luis no deseaba volver a su puesto de trabajo.
No soy muy amigo de recordar ciertas cosas, pero en este caso me veo en la obligación de hacerlo y compartirlo. Luis era buena persona y se la jugó hasta el final, con todas las consecuencias. Cura Anoro, que la tierra te sea leve. INL.”
En la página web que Miquel Sunyol, otro jesuita obrero, este escribió sobre la visita del P. Arrupe al Picarral en 1970 y podemos encontrar allí una entrevista suya y de otros compañeros. En la primavera de aquel año las cosas estaban al rojo y el P. Arrupe tenía que escuchar a sus jesuitas mientras era presionado por Franco debido a la labor “subversiva” de la comunidad del Picarral. Dejo aquí, por su enorme valor histórico y testimonial, copia del papel escrito y mecanografiado por Luis.
No quiero dejar de transcribir un par de correos electrónicos suyos que nos dan un ejemplo de su forma de ser. El primero me lo mandó para que lo reenviase a toda nuestra familia:
Viernes, 4 de diciembre de 2009
Querido/a, y cómo no, hasta los de Alpedrete:
Me acuerdo cantidad de veces de nuestras andanzas de tiempos pasados, y en estos días recuerdo tantas memorias… En fin, no nos pongamos nostálgicos porque a los Anoro no nos va (según a quién). Esta, que quería ser una carta colectiva, no vamos a estropearla con otras digresiones, que nos llevarían muy, pero muy lejos…
Os digo que me encuentro ya repuesto de mis pasados achaques, pero sí reconociéndolos como achaques debido a mi edad. Me he repuesto muy bien gracias a los cuidados de todos, desde mis hermanos de sangre hasta mis hermanos de Orden, los enfermeros, los amigos…, en fin, todos y todas los que se han volcado literalmente. A todos mi agradecimiento de por vida, que será ya corta…
Yo hago lo que puedo y como no tengo obligaciones… ancha es Castilla.
Pues bien, aprovecho las facilidades de las nuevas tecnologías para ponerme en contacto con todos vosotros y enviaros de paso eso que nos deseamos estos días y que deberíamos hacer más frecuentemente: PAAAAZZZZ. Vuestro amigo y familiar, Luis.
Un año después, también por Navidad, cuando sus dificultades neurológicas le impedían hablar bien, algo importantísimo para él, tan amigo de echar largas charradas con todos, manda un mensaje general a todos sus amigos y amigas. Hacía un par de días que había recibido el reconocimiento de la Junta de Distrito del Arrabal:
Queridos todos los que tenéis este medio de comunicación:
Al llegar estas fiestas se siente más la necesidad de comunicarse… fluidamente (cosa que me está impedida) y en cambio tengo cantidad de amistades a quienes una palabra de aliento les vendría bien. Pues este es el caso presente y no hay más remedio que tomarlo así POR DURO QUE PAREZCA pues lo es….y estamos en esos casos que SE EXPLICA la dureza de la situación, pero otros casos serían peor (como los “sin techo”, que a veces desconocemos, o los indígenas en tantos sitios…) Os lo digo para suscitar una expresión agradecida por lo MUCHÍSIMO que tenemos sin haber hecho nada para conseguirlo…
Pero ya está bien de considerandos, que sobran en fechas así para lamentarse, sino para agradecer lo MUCHO QUE TENEMOS ganado… también yo. Ahora acabo de recibir la visita de Aurelio y esta mañana de mis sobrinos que me han traído a su hija Rocío… y así cariñicos no me faltan; en el homenaje del otro día estuvo mi Hna. Cololo, pero… no pude hablar porque me lo impedía la dichosa enfermedad… Y así; pero os digo que no nos vamos a poner trágicos sino que tenemos que ser agradecidos, y este es camino que ahora tengo que recorrer… Bueno MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS y sobre todo unas buenas FIESTAS. Aquí me tenéis para lo que SE os ocurra. Luis A.
En aquel homenaje, Luis no pudo apenas hablar. Pero sí lo hicieron los vecinos de su barrio que dijeron lo siguiente:
“A Luis no hace falta que lo presente porque lo conoce todo el mundo. Incluso muchos jóvenes que no han vivido sus años de más intensa actividad. En el Picarral es una institución y en la Margen Izquierda toda una referencia. Una figura clave e indispensable en el periodo probablemente más convulsivo y decisivo del Distrito. Pese a ello, pese a que de sobras lo conocéis, permitidme sin embargo que le dedique unas pocas palabras.
Luis encarna a una de esas personas que hacen historia sin pasar a la Historia. Uno de esos ciudadanos fundamentales que solo son anónimos en los grandes libros de Historia, porque su nombre, su trabajo y su cariño ocupan sin embargo un lugar central en la vida de centenares y centenares de vecinos, amigos y compañeros.
A Luis todos lo conocemos por la tenacidad y firmeza de su compromiso; por su generosidad, su solidaridad y su entrega al bien común; por su capacidad de lucha y ese inquebrantable espíritu reivindicativo que tantos beneficios ha reportado al Distrito.
Todo ello hace que, Luis, no solo merezcas este homenaje sino también nuestro aplauso más unánime y sincero. Nuestro reconocimiento más profundo a todos estos años de dedicación generosa. Y no creo que exagere si digo que, sin ti, el barrio del Picarral no solo sería un barrio distinto, sino que sería un barrio peor. Por ello, en nombre del Distrito y de todos sus vecinos, Luis, recibe esta distinción a los Valores Humanos y nuestro más cálido cariño.”
Tras los aplausos, cantaron una canción que él mismo había compuesto hacía muchos años para dar identidad al barrio del Picarral. Me la ha pasado su viejo amigo de luchas vecinal, Juanjo Jordá. Aquí van los versos, que se cantan con la música de “Un fiume amaro”, de Iva Zanichhi (https://www.youtube.com/watch?v=j69NsrQd1vs):
A TI TE CANTO, PICARRAL
A ti te canto, Picarral.
Aún eres como herida abierta.
Tú llegarás a ser abrazo.
No solo serás barrio, serás un hogar.
Porque la lucha
aún no es la meta,
el campamento,
como sembrar.
Pero asociarnos,
tener cultura,
ser solidarios,
ya es cosechar.
A ti te canto Picarral …
No sufras solo,
a nadie dañes.
Donde haya vida,
pon libertad.
Todos iguales,
ninguno encima.
¡Cambia tu barrio
y tu ciudad!
Infografía
– Anoro, Luis. “Integración vida jesuítica, vida obrera”. En Curas obreros, Cuadernos “Cristianismo y Justicia”, número 17. Barcelona: diciembre 1986. Págs. 9-16. Ven en: www.cristianismeijusticia.net/files/es17.pdf
– Parroquia de Nuestra Señora de Belén. Cincuenta años caminando juntos. ¡Acompáñanos! Zaragoza, 2015. Págs. 80-90.
-Parroquia de Belén – Álvaro Alemany: http://www.parroquiadebelen.org/historia/testimonios/64-luis-anoro
-Vídeo sobre Luis Anoro: https://youtu.be/wke5rS-28Hs
Escritos de Miquel Sunyol sobre la visita del P. Arrupe al Picarral en 1970:
– En los límites, con Luis Anoro.
http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/limites_sp.htm
– Conversación con Luis Anoro en septiembre de 2005 en Zaragoza:
http://usuaris.tinet.cat/fqi_sj/arrupe/c_anoro_sp.htm
– Guión base para el diálogo con Arrupe:
http://usuaris.tinet.cat/fqi_sj/arrupe/retalls/guion_base.pdf
Imágenes de la Asociación de Vecinos del Picarral:
http://fotosdelpicarral.blogspot.com.es/2013/03/luis-anoro.html
Plenas – Ignacio Navarro – Recuerdo a Luis Anoro:
http://plenas-zaragoza.blogspot.com.es/2013/01/adios-luis-anoro.html
Asociación de Vecinos del Picarral:
https://picarralsalvadorallende.wordpress.com/el-barrio-y-la-asociacion/
Asociación de Enfermos de Alzheimer de Huesca:
http://www.alzheimeraragon.es/huesca.html
Interesante testimonio de curas de una época recientemente pasada que no tuvo la aceptación, al contrario el rechazo de la Jerarquía, en el mundo obrero que había sido “vencido” -los rojos- en la guerra bautizada como cruzada por la iglesia. Aquí en España el foso de separación del que habló el Arzobispo de Paris Suhard, se profundizó cada vez más. En Francia desde los años 40 los obispos tomaron las riendas de la Mision de la Iglesia en el Mundo obrero enviando sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos a trabajar como los obreros y hacer presente a Jesús de Nazaret en las fábricas, barrios, en las calles… Si el mundo obrero no entraba en los templos había que entrar en la fábricas. Luis Anoro y más de un millar de curas, religiosos y religiosas obreras lo hicieron en España a partir de los años cincuenta
Que decir de Luis,siempre cercano, siempre comprometido con el mundo obrero, el barrio,las CCPs convencido hasta la médula de que la Iglesia debía optar por los pobres, reflexivo profundo siempre abierto al cambio a la escucha del Espíritu que nunca sabemos por donde va a soplar, pero que nos cuestiona. Gracias, Juan.
Apreciado Juan:
Hace ya días que debía haberte escrito, desde que Alvaro Alemany me dio la dirección de tu blog. Sólo manifestarte mi satisfacción al ver que me habías “utilizado” en el recuerdo de vuestro tío Luisito. Me gustó que se volvieran a recordar cosas de los años 70 (el encuentro con el P. Arrupe en El Picarral) y que mi escrito de despedida (“En los límites”), gracias a ti, recobrara nueva vida.