Sin poder tocarnos por la pandemia del coronavirus, sin poder vernos más que a través de las pantallas o desde las ventanas y balcones, estamos formando una inmensa comunidad. Nos sentimos, más que nunca, parte de la gran familia humana.
De repente se están desdibujando las fronteras. Al principio pensábamos que este era un problema chino, que no iba con nosotros… Luego llegó el turno de Irán, Italia, España…
Al grito de ¡Quédate en casa!, todos somos llamados a la fidelidad y la solidaridad. Este virus no conoce de ideologías, clases sociales, sistemas económicos o religiones. O todos lo vencemos, o todos perecemos. Ningún individuo, ninguna región, ningún país puede ir por libre. Nadie puede ser hoy tan estúpido de caer en el espejismo de sentirse seguro mientras los demás no lo están.
En medio de esto, chirrían las actitudes nacionalistas, el pensar que yo soy mejor o más listo para resolver la crisis, o que no deben entrar en mis competencias. Encuentro escandalosas las medidas del Reino Unido y peores aún las no-medidas de Estados Unidos. He tenido que crear un grupo de wasap con mis amigos de allí para alertarles de lo que se les viene encima, para que conciencien cuanto antes a otras personas. Desgraciadamente, estamos hablando de un país con una tradición de comportamientos muy individualistas, aunque también de lecciones históricas de enorme solidaridad y generosidad. Apelo a estos valores en este momento dramático.
Rezo especialmente por que las zonas tropicales no sean proclives a esta infección. No concibo cómo podrían los países africanos, como Camerún, que conozco bien, soportar esta crisis sanitaria. ¿Y los refugiados de los campos de Siria, Turquía o la isla de Lesbos? ¡Dios libre a los pobres de esta plaga! ¡Dios ilumine a sus líderes políticos para evitar allí una posible pandemia! Os invito a leer la reflexión de mi amigo Jude Vegah al respecto.
Somos, simple y desnudamente, humanos. Y te miro a los ojos y descubro en ti a mi hermano, a mi hermana. Gracias por estar aquí, luchando a mi lado.
Hola Juan buenas y necesarias reflexiones, por lo que parece esto les va avenir a muchos paises por sorpresa aunque lo vean venir, los poderes economicos empujan mucho, aqui tambien ha pillado al gobierno sin prevision alguna, viendo el ejemplo de italia tendrian que haber hecho como en alemania, y hacer acopio de material. Pero bueno este confinamiento habre a las personas a una perspectiva mas solidaris y espiritual, seguimos rezando, la parte positiva se le esta dando un respiro a la naturaleza, menos contaminacion esto ayudara al movimiento de decrecimiento para una mejor sostenibilidad, el quedate en casa tiene q servir para un futuro y sepamos valorar el entorno donde vivimos y no viajar tanto como se esta viajando y contaminando un fuerte abrazo, a ti y toda la familia