Semana Santa en mi pueblo, Sariñena. Escucho, abro los ojos, buscando signos de luz, la vida que alienta: Pilar me comparte su camino de esperanza junto a su hija con una enfermedad rara; Antonio me habla de la valentía de su hijo al dar testimonio en la Televisión de Aragón por la ayuda que reciben del Proyecto Hombre todos los que están intentando salir de la drogadicción; veo a mi ahijada feliz junto a su hija tras dos abortos; Vicente se reinventa para seguir viviendo tras la pérdida de su esposa y encuentra en sus nietos la fuerza para sonreír; una pequeña empresa cooperativa ofrece un puesto de trabajo tras años de supervivencia pura y dura; Simoné saca fuerzas de flaqueza y hace su oración ante un altarcito con decenas de imágenes de María y los santos que muchos ancianos le han ido confiando a lo largo de los años para que no acabaran en la basura cuando murieran; Sara sigue con paciencia educando a su hija adolescente y en plena rebeldía; en pleno inicio de la primavera, Manolo no puede cuidar su huerto por una fuerte lumbalgia, pero un vecino más anciano que él se lo cuida hasta que se reponga; las cigüeñas han vuelto a hacer los nidos en las dos torres del pueblo tras ser echadas de allí por reparaciones…
Cristo resucita en cada intento de no dejarse abatir por la adversidad, en la terca esperanza. Hoy lo llaman resiliencia. ¡Feliz Pascua!
Resiliencia pascual
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Así es Cristo resucita y vive en cada uno de nosotros, sí procuramos encontrarnos con él y lo descubrimos en nuestros hermanos, aquellos más cercanos , no hace falta irse lejos ni rebuscar. Cristo está a la vuelta de la esquina o 2 pisos más arriba. Feliz Pascua!!!!