Port-de-Barques
Salgo de la tienda a las seis y media de la mañana y contemplo el amanecer junto al mar, al ladito del campin. De pronto observo a mis espaldas una cruz y las estatuas de San Pedro y San Pablo. Me dirijo a una esplanada frente a un altar y me doy de bruces con un lugar especial, lleno de paz y de luz: el santuario de Port-de-Barques, cerca de Rochefort. De aquí parte cada año una peregrinación que rinde homenaje a los sacerdotes y religiosos deportados a los pontones de Rochefort durante el Terror Revolucionario de 1794. ¿De qué… Seguir leyendo…